lunes, 29 de mayo de 2017

La comunión de Alba: un hada entre flores

Cuando hace más de 6 años cambié tierras manchegas por huerta mediterránea, tomando un café en la pastelería del pueblo conocí al hada. Tenía la boca -o la cara entera- llena de chocolate. Intercambiamos palabras con sus padres, caminamos el regreso juntos y coincidimos las madres como diseñadoras. Ella de indumentaria, yo gráfica.
Pasados dos años nos mudamos, los encuentros se espaciaron (mea culpa, la señora siempre ocupada) aunque seguimos manteniendo el contacto.
Y así, de repente, el hada que ya sabe comer sin mancharse entera con chocolate, toma la comunión. El vestido que le hizo la madre no podía ser más exacto.
Y yo no podía menos que llenarle de flores el carrito, para que la acompañe en ese día tan especial.
Patricia, me alegra mucho que lo hayáis disfrutado.


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